Han tenido que pasar muchos años, innumerables entrenadores y jugadores por la plantilla y el banquillo, situaciones desastrosas y años en blanco, pero el City por fin ha rubricado la temporada perfecta que llevaba tanto tiempo anhelando. El equipo de Guardiola conquistó el pasado sábado su primera Champions League, imponiéndose al Inter de Milán con un solitario gol de Rodrigo. No fue el mejor partido para los citizen, pero el resultado es inapelable. Un broche de oro a un curso en el que además ganaron la Premier con mucha ventaja, y consiguieron igualmente la FA Cup en un triplete histórico.
Algo ha cambiado en este City, y quedarnos solo con la irrupción de Erling Haaland en el fútbol inglés sería ser demasiado reduccionista. El desempeño del delantero noruego, con más de medio centenar de goles en esta temporada, está fuera de toda duda. Pero el City es mucho más que Haaland. Es Rodrigo y su forma de mantener al equipo en el centro del campo. Es la creatividad y el talento de Grealish, Folden o De Bruyne. La explosión definitiva de jugadores como Julián Álvarez o Gundogan. La seguridad de Ederson en la meta. Y por supuesto, la versatilidad y la visión de juego de Pep Guardiola en el banquillo.
El City siempre lo ha tenido todo para ser campeón, pero ha debido esperar a este año en el que las piezas han encajado a la perfección. El equipo ahora ya puede presumir de su primer título europeo, ganado a costa de una riada de millones, y es sin duda el próximo gran rival a batir en todas las competiciones en las que participe, como podemos comprobar en las apuestas.